Cristales de Conciencia

Lugar virtual donde compartir el interés y fascinación que nos despiertan los cristales. ¡Bienvenid@ y espero tus aportaciones, Cristal de Conciencia!

Wednesday, August 16, 2006

Hildegard Von Bingen y el poder sanador de las gemas

Lo siguiente es una cita de Physica, el título latino de dos volúmenes que cubren los trabajos médicos de la santa Hildegard Von Bingen que vivió en Rheinland, Alemania, de 1098 - 1179. Von Bingen es una de las grandes místicas espirituales en la historia escrita. Beatificada por la Iglesia católica, escribió un extenso libro sobre los poderes curativos de las gemas.
Es importante entender que la terminología y dogma de esa época retratan una forma de expresión que nosotros podemos considerar impropios en estos días de vocabulario más complejo. Lo siguiente es del Cuarto Libro de Physica, Prefacio, primer párrafo:
"Cada piedra tiene fuego y humedad en él. Pero el diablo se aleja de ellas y odia y desprecia las piedras preciosas, porque recuerda que su belleza apareció en ellas antes que cayera del honor dado a el por Dios y también porque ciertas piedras preciosas son creadas por el fuego, en el que él tiene su castigo. Porque, por deseo de Dios, él fué derrotado por el fuego y cayó en el fuego, de la misma forma es derrotado por el fuego del Sagrado Fantasma cuando un hombre se aparta de sus mandíbulas por la primera recepción del Sagrado Fantasma."
Y del Cuarto Libro de Physica, capítulo 4-17 "Del Diamante," última frase: "El diablo es un enemigo de esta pequeña piedra porque resiste su poder. Por consiguiente él es repelido por ella día y noche."
Cuarto Libro de Physica, Prefacio, última frase, sobre el valor de las piedras preciosas: "Pero cuando Dios reestableció una relación mejor con Adán, El no permitió que los rayos y las fuerzas de las piedras preciosas perecieran porque Él quiso que fueran valoradas y alabadas en la Tierra y fueran usadas como un remedio curativo."

Monday, August 14, 2006

CON LAS PIEDRAS, CON EL VIENTO
Con las piedras, con el viento
hablo de mi reino.
Mi reino vivirá mientras
estén verdes mis recuerdos.
Cómo se pueden venir
nuestras murallas al suelo.
Cómo se puede no hablar
de todo aquello.

El viento no escucha. No
escuchan las piedras, pero
hay que hablar, comunicar,
con las piedras, con el viento.

Hay que no sentirse solo.
Compañía presta el eco.
El atormentado grita
su amargura en el desierto.
Hay que desendemoniarse,
liberarse de su peso.
Quien no responde, parece
que nos entiende,
con las piedras, con el viento.
Se exprime así el alma. Así
se libra de su veneno.
Descansa, comunicando
con las piedras, con el viento.
José Hierro (poeta español, 1922-)
Imagen: "hada" atrapada en una piedra

Tuesday, August 08, 2006


La Piedra del Profesor
Nunca se puede decir que el introvertido, Carl Gustav Jung (1875-1961) tuvo dificultad en expresarse bien verbalmente; debido a su talento para escribir extrovertidamente, corre el peligro de ser glorificado como un líder espiritual actualmente. Sin embargo, el verdadero sentido entonces se hubiese perdido porque no podemos pasar por alto que Jung fue demasiado humanitario en todo. “Solo soy un campesino oculto”, expresó una vez, derivando satisfacción de cultivar sus propias papas. Algunos le llaman “viejo falible y severo”. El se llamaba a sí mismo, “no soy filósofo ni sociólogo; soy un médico que trata con los hechos”. Pero ocasionalmente se le soltaba la lengua, ¡como la vez en que inadvertidamente, vociferó un secreto íntimo de su acompañante para la cena!

En su juventud fue conocido como “frívolo y demasiado juguetón, por sus compañeros de escuela y de juergas… siempre listo a rebelarse en contra de ‘La Liga de la Virtud’, como les llamaba a los hermanos en fraternidad organizada”. Como pueden ver, Carl fue un “intruso” por su propio gusto. Debe haber sido muy penoso ser el único hijo de un ministro Luterano durante nueve años. ¡Especialmente cuando uno no osa contar abrupta e impulsivamente su más íntimo secreto! La religión ortodoxa no tuvo mucho significado para un joven emergiendo de “la niebla” y entrando en una dicotomía consciente consigo mismo. El hubiera encontrado solaz en las obras de Job. “Aunque me lave con agua helada… sin embargo, tú me arrojas al lodo”. “Tú siempre quieres pensar”, el padre de Carl a menudo le regañaba.

La fascinación de Carl por las piedras empezó más o menos a los nueve años, cuando una piedra saliente de la vieja pared del jardín, llegó a ser su piedra predilecta. Se pasaba las horas en un juego imaginario: “ ‘Me siento encima de esta piedra y ella está debajo. Pero entonces la piedra también puede decir, ‘yo’ y pensar: ‘Estoy situada aquí en esta pendiente y él está sentado sobre de mí.’ Dando lugar a esta pregunta: ‘¿Soy yo el que está sentado en la piedra o soy la piedra en la cual él está sentado?’ “A los diez años Carl armó un maniquí, a quien dio su segunda piedra atesorada, de forma ovalada y negruzca del río Rin, que había llevado en el bolsillo de sus pantalones por mucho tiempo. La relación de Carl con la piedra del jardín y la piedrita de dos colores, conjuntamente con ser el dueño de un maniquí, llegaron a formar su secreto íntimo y consolador durante su niñez llena de dudas. Pero no había duda e que el Otro, dentro de él, era la piedra eterna e indestructible.
Inesperadamente, Carl Jung encontró su tercera piedra cuando recién había cumplido los setenta años. En lugar de recibir la piedra angular triangular, que ordenó claramente para la pared de su jardín en Bollingen, el picapedrero envió en su lugar un cubo perfecto de dimensiones más grandes. El furioso albañil rechazó esta piedra como inadecuada, pero Jung exclamó: “No, esa es mi piedra. ¡Yo debo tenerla!”Un poco inseguro al principio, después él labró sobre dos de las superficies, lo que parecen ser “coincidentes” lemas alquímicos, inmortalizando sus primeras piedras; posteriormente dejó que la tercera cara del cubo se manifestara por sí misma. Sintiendo haber terminado, Jung dedicó la piedra, pero luego empezó a preguntarse qué fue lo que le impulsó a esculpirla. Al fin y al cabo, aún quedaba por tallar el cuarto lado del cubo que no se podía ver. Ahora nosotros podemos preguntarnos: ¿Hay aún otra piedra –una cuya marca él vería en la cuarta cara- una que un filósofo podría redimir como La Piedra?
Fuente: Contratapa Revista El Rosacruz - Nov. 1979

Friday, August 04, 2006

Vogel: la transformación de un hombre y los cristales

Marcel Vogel (1917-1991), científico e Inventor. Trabajó para la IBM por 27 años y durante este tiempo acumuló la autoría de más de 100 patentes.

En su trabajo desarrolló nuevas aplicaciones de los cristales de cuarzo, en otras palabras sus inventos tuvieron aplicación en la tecnología de la sílice, que es el fundamento de los computadores. Paralelamente hizo otra contribución muy importante, que en adelante serviría de puente entre la ciencia y el Espíritu: desarrolló una forma particular de cortar los cristales de cuarzo, que incrementó su poder exponencialmente.

Vogel había comprobado que cuando apuntaba con un cristal hacia una persona, ese cristal parecía amplificar sus pensamientos y emociones, y podía llegar a inducir estados alterados de conciencia. Sabía que, en electrónica, la forma en que se corta un cuarzo es crucial para que pueda llegar a desempeñar correctamente su tarea. Su incógnita era “si se pretende usar un cuarzo para sanar y transformar a un hombre, ¿cuál es la forma más adecuada de tallarlo? La respuesta no tardó demasiado. “Un día”, dice Marcel Vogel, me desperté y, todavía en el umbral del sueño, apareció ante mis ojos la figura del “Árbol de la Vida”. Yo no sabía nada sobre este símbolo de la Kabbalah, pero supe instantáneamente que debía imitar esa forma sagrada para tallar mis cristales. A Vogel le tomó casi un año completar su primer juego de cuarzos, que originalmente fueron de cuatro caras. Posteriormente fundó el Instituto "Psychic Research Inc.," una institución sin ánimo de lucro, donde continuó con sus investigaciones. Se tallaron allí cuarzos de seis caras. A algunos de ellos les perforó un pequeño orificio, por el que introducían algunas substancias como: anestésicos, medicamentos, o esencias homeopáticas y florales. Comprobó entonces que el cristal de cuarzo tomaba la vibración de la sustancia y la amplificaba, multiplicando los efectos. A lo largo de sus experiencias comprendió Vogel que, el fenómeno de los cristales, tenía mucho que ver con aquel aspecto que había sido el eje de su vida: el amor incondicional. “Los cristales de cuarzo” afirmaba él, “toman la frecuencia del amor, la amplifican y la trasmiten. Su poder es el poder mismo del amor, que es la fuerza más poderosa, curativa y transformadora que existe. ”
Una de las incógnitas de Vogel era saber si el número de facetas talladas en un cuarzo hacía alguna diferencia. Pensaba que: “si el cristal de cuarzo es un transformador, tomará la vibración que tú o yo generamos y la llevará a un nivel donde podamos observar y medir su aspecto eléctrico”. Luego de muchos experimentos descubrió que: “a mayor número de caras, corresponde una mayor capacidad de almacenar fuerza. El cristal recibe una carga determinada y esta rebota alrededor de las caras. De la cantidad de veces que pueda rebotar depende el grado de multiplicidad de sus reflexiones internas. Con un cristal de ocho caras se obtienen millones de reflexiones internas, y, con uno de cuatro caras, miles de ellas”.
Estas experiencias llevaron a Vogel a tallar cuarzos de 8, 16 y hasta 33 caras. Solo existen unos pocos de estos últimos, pero se ha probado que son increíblemente poderosos. Se les puede cargar con paz, bienestar, amor y armonía y los resultados son sorprendentes. Recientemente el equipo de Vogel ha tallado un cuarzo con 88 caras, que fue un encargo especial hecho por un grupo que desea usarlo como herramienta para armonizar la retícula electromagnética que rodea la Tierra. El modelo clásico, ahora llamado “Cristal Vogel”, tiene 4 facetas cóncavas intercaladas entre varias facetas tradicionales planas. En sus extremos opuestos lleva dos terminaciones, una masculina y otra femenina, cada una tallada con 24 caras. Así integra este cuarzo las propiedades: del cristal de cuatro caras con el de 24 caras. Pero en la práctica las trasciende ambas, por al poder adicional que aportan sus facetas cóncavas. Una nueva generación de cristales, con facetas cóncavas, está siendo producida ahora. Los resultados han sido espectaculares. Por ejemplo: por medio de un cuarzo tallado con 36 caras en sus extremos se ha logrado conectar la parte física de un hombre con la divinidad de su alma. Sostener en las manos un cristal de este calibre induce a una experiencia mística que va más allá de las palabras. Se podría decir que el mismo cuerpo se transforma en una impresión líquida de felicidad, amor y reverencia.
LIMPIEZA DE LOS CUARZOS. Muchos textos dicen que para limpiar los cuarzos y gemas hay que usar agua con sal. Marcel Vogel nunca estuvo de acuerdo. Encontró que la sal raya la superficie de los cuarzos, que es donde se encuentra la programación. Además deja en su superficie una película que opaca el cristal. Su recomendación para limpiar los cuarzos y gemas es la siguiente: Para comenzar pida la asistencia del Logos Planetario y de los devas de ese mineral. Luego tome una inhalación profunda, y enfoque su atención, e intención en limpiar el cristal. Exhale por la nariz pulsando el aliento sobre el cuarzo y afirmando su intención de limpiarlo de cualquier carga negativa.
Cuando desee cargar cristales de cuarzo o gemas preciosas, ayuda mucho traer a la mente una experiencia de amor que se haya vivido. Así es más fácil afinarse en la frecuencia correcta. Luego inhale amor y exhale ese amor pulsando el aliento y dirigiéndolo hacia el cuarzo, o la gema que desea cargar.
Para programar un cristal de cuarzo tome el cristal con su mano dominante, colóquelo de modo que la punta esté apuntando a la palma de su mano. Escoja el aspecto que desee imprimir como programación, puede ser: amor, paz, alegría, salud, armonía, etc. También es posible usar esencias florales, o símbolos de Reiki. Luego, manteniendo el enfoque en la vibración escogida, dirija el aliento hacia la gema, en la forma antes descrita. El amor es el ingrediente secreto.
El mayor legado de Marcel Vogel fue haber probado, por medio de una metodología científica impecable, que los cristales de cuarzo y las gemas preciosas son moduladores y amplificadores de frecuencias, que, si están afinados correctamente, pueden convertirse en instrumentos muy poderosos para la sanación y la transformación de un hombre. Pero según Vogel, para obtener buenos resultados no es suficiente con usar un cuarzo. Es necesario que previamente a ese cuarzo se le haya cargado con la frecuencia del amor. Marcel Vogel siempre decía: “El amor es el pegamento que integra el universo, y toda curación es solo consecuencia de una proyección de amor”.
Más información en: http://www.vogelcrystals.net/marcel_vogel.htm
(Fuente: Portal Dorado, Hortensia Galvis Ramírez)

Ciudades de Cristal


¡Hola! Si has entrado a esta página te esperan sorpresas... una de ellas es la existencia de Ciudades de Cristal que existen en dimensiones paralelas a la actual... Si meditas, conectas con la vida y/o simplemente crees que "nada es lo que parece", te sugiero la lectura del siguiente texto: http://www.formarse.com.ar/articulos/Ciudades%20Cristalinas%20de%20Luz.htm